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para tener mucho informacion de la familia real de españa y de ciudades españoles y otras - immunologia
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La inmunología es la parte de la ciencia que estudia los mecanismos por los cuales los animales pueden diferenciar su propia estructura de la ajena, reaccionar contra lo extraño y memorizarlo para el futuro.
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La inmunología como disciplina científica comienza a estudiarse en el siglo XVIII como una parte de la microbiología. En esta época aparece la primera vacuna contra la viruela, al observar Edward Jenner (1749-1823) que las personas que habían presentado viruela bovina, eran resistentes a la viruela humana. Estos estudios siguieron avanzando hasta el siglo XIX, cuando gracias a los trabajos de Louis Pasteur (1822-1895) se desarrollan nuevas tecnologías que harían posible la aparición de vacunas frente a varias enfermedades humanas y animales. Uno de los primeros conceptos que se definieron en el desarrollo de la inmunología fue el del término inmune, para denominar a aquellas personas o animales que o bien, al sobrevivir a una infección o sin necesidad de llegar a sufrirla, eran resistentes, apareciendo los dos conceptos de: inmunidad natural e inmunidad adquirida.
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Introducción
Se conoce como tolerancia inmunológica la capacidad de bloquear la respuesta frente a un antígeno (Ag) concreto con el cual el sistema inmunitario ha interaccionado previamente en unas condiciones particulares.
El sistema inmunitario posee dos estructuras únicas, la inmunoglobulina de superficie (sIg) de los linfocitos B y el receptor antigénico de los linfocitos T (TCR), que le permiten activarse ante un Ag determinado de una forma muy selectiva (especificidad). La recombinación aleatoria de los genes que codifican estas dos estructuras genera un repertorio tan amplio (diversidad) que asegura la existencia de elementos específicos frente a cualquier agente extraño y frente a las variaciones antigénicas que experimentan muchos microorganismos. Como contrapartida a la producción de diversidad, se generan elementos capaces de reconocer cualquier Ag del propio organismo. Por ello, el sistema inmunitario debe desarrollar estrategias de autotolerancia que neutralicen física o funcionalmente los elementos reactivos con Ag propios. Esencialmente, la consideración de un Ag como "propio" va a depender del momento y del lugar en que los linfocitos T y B se encuentren con ese Ag. En otras palabras, para que el sistema inmunitario "aprenda" a no responder frente a un determinado Ag son decisivos el grado de maduración de los linfocitos y los factores del microentorno donde se produce el encuentro con el Ag. Así, los tres mecanismos básicos de instauración de "tolerancia hacia lo propio" son: a) la eliminación clonal de los linfocitos T y B que reconocen Ag cuando no han alcanzado aún la maduración funcional completa; b) la inactivación, funcional (anergia) o física (apoptosis), de los linfocitos maduros que reconocen un Ag en ausencia de señales coestimuladoras; y c) la ignorancia inmunológica de muchos Ag cuya concentración es tan baja que no desencadenan respuestas ni efectoras ni tolerogénicas. Existe un cuarto mecanismo, la generación de células con actividad supresora de la respuesta sobre un Ag concreto, cuya relevancia es mayor en la tolerancia de cierto Ag externo, como el Ag alimentario.
Además de prevenir la auto reactividad, el sistema inmunitario debe regular su respuesta frente a los Ag externos para evitar el daño de las estructuras propias. Así, en la medida de lo posible, la reacción frente a un agente microbiano debe limitarse al propio agente y no generar elementos autos reactivos. Todos estos mecanismos de regulación y de autotolerancia consumen la mayor parte de la actividad del sistema inmunitario, aunque su fracaso puede conducir al desarrollo de manifestaciones autoinmunes. En el presente artículo se revisan los mecanismos esenciales de tolerancia y regulación de la respuesta inmunitaria y se comentan posibles puntos débiles de estos sistemas desde la óptica de la predisposición al desencadenamiento de reacciones autoinmunes. Con un objetivo puramente didáctico se exponen por separado los mecanismos de tolerancia que incumben a los linfocitos T y a los linfocitos B.
Tolerancia en los linfocitos T
Dado el papel central que las células T desempeñan en la respuesta inmunitaria, parece lógico que los mecanismos de tolerancia se centren fundamentalmente en este tipo celular. Existen tres mecanismos básicos de tolerancia en las células T: tolerancia central, tolerancia periférica e ignorancia inmunológica. La primera fase del desarrollo de las células T, hasta adquirir una plena capacidad funcional, se completa íntegramente en el timo. Lo primero que ocurre a este nivel es el reordenamiento de los genes de las regiones variables del TCR, generándose un amplísimo repertorio de receptores antigénicos. Seguidamente tienen lugar procesos de selección en los que sólo sobreviven los linfocitos T funcionales (aquellos que reconocen el complejo principal de histocompatibilidad MHC- propio) y que además no reconocen auto Ag presentes en el timo a una alta concentración (autor reactivos). Este proceso no previene completamente la salida del timo de células potencialmente auto reactivas que reconozcan auto Ag no expresados en el timo. Por ello, se requiere la existencia de mecanismos de tolerancia periférica que completen el efecto de los anteriores.
Desarrollo y tolerancia de los linfocitos T en el timo
Las células de linaje T más inmaduras, procedentes de la médula ósea (MO), entran en el timo y comienzan su diferenciación hacia células T maduras en respuesta a factores del micro ambiente tímico. La expresión del complejo TCR-CD3 y de los correceptores CD4 y CD8 en la superficie de los timocitos permite seguir groseramente sus diferentes estadios del desarrollo (fig. 1). Los precursores más tempranos tienen un fenotipo CD4 CD8 doble negativo (DN) y suponen alrededor del 3% del número total de timocitos. Éstos proliferan y se convierten en timocitos CD4+CD8+ doble positivos (DP), aún inmaduros, que sufrirán los procesos de selección dependientes del reconocimiento del receptor antigénico de la célula T (TCR). Para completar su maduración hasta células T CD4+CD8 o CD4 CD8, el repertorio inicial se selecciona negativa y positivamente a través de sus interacciones con las MHC en el timo, de forma que sólo el 5% de los timocitos DP migran del timo a los órganos linfoides periféricos. El resto de timocitos defectuosos o peligrosos por su potencial autor reactivo son físicamente eliminados mediante apoptosis (deleción). Algunos timocitos autor reactivos escapan a la periferia, pero son funcionalmente inactivos (anérgicos)1.
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